El Espíritu Santo


 La Guía del Espíritu Santo

Empecé a participar de la Comunidad Carismática y me eligieron para ser Catequista, supongo que por mi preparación anterior como docente. Pero, justamente es algo que no me agradó, por la escasa preparación que me dieron. No cabe duda que Dios sabe lo que hace en su sabiduria que es maravillosa, porque el espíritu me impulsaba a entregar más a Dios. 


Al término de ese año pastoral, mi amigo y hermano, me dijo que tenía un sueño, en el que muchos jovenes lo seguían, para formar una Comunidad Juvenil y así lo hicimos y ahí empecé a aplicar como docente los conocimientos que Dios me había proporcionado. Y empezamos a seguir la dinámica salesiana, que una vea más llegó a mis manos por la bendición de Dios, algo así como lo que hizo San Juan Bosco, que trabajaba tan bien, lo antropológico de los niños, adolescentes y jovenes.


Eso fue del agrado de un sacerdote que siempre alentaba a los jóvenes que querían comprometerse con Dios. Fue ordenado por el Papa, ahora santo, San Juan Pablo II. Fueron años maravillosos que a través de las acciones del Espíritu Santo y de experiencias hermosas de Jornadas, Retiros, reuniones de Padres de familia, en las que de alguna manera mi fe que yo creía que era grande, pero después con el transcurrir de los años, descubrí que era más pequeña que un grano de mostaza.


No quiero pasar por alto, la formación de un grupo de niños que llenaba mi corazón de la ternura del Señor. Ese primer grupo de niños se llamó "Niños Cristianos"










Comentarios

Entradas más populares de este blog

Un nuevo llamado

Una Caricia de Dios

VIDA EN EL ESPÍRITU