RECONCILIACIÓN
1) Empecemos haciendo un recuerdo de la maravillosa parábola del Hijo Pródigo, que expresa el amor de Dios Padre en su magnificencia: "Un hombre tenía dos hijos. El más joven de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de la herencia que me corresponde. Y les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo más joven, reuniéndolo todo, se fue a un país lejano y malgastó allí su fortuna viviendo lujuriosamente".
Esto es una ocurrencia constante en nuestra vida. Nos alejamos del Padre Dios porque nuestra conversión no es completa. En muchos casos son parte del proceso que es necesario para logara una verdadera conversión, de tal manera que una y otra vez experimentsmos el amor de Dios. Como le pasó a Pedro, que al ser soberbio tuvo que, de la mano de Jesús, aprender la humildad y hasta vencer el temor para reconocer sin duda alguna a su Señor y Salvador. A pesar de sus pecados, Jesús lo llamó para ser la piedra sobre la que edificaría su iglesia.
Después de gastar todo, hubo una gran hambre en aquella región y él
empezó a pasar necesidad. Fue y se puso a servir a un hombre de aquella región,
el cual lo mandó a sus tierras a guardar cerdos; le entraban ganas de saciarse
con las algarrobas que comían los cerdos; y nadie se las daba. Recapacitando,
se dijo: ¡cuántos jornaleros de mi padre tienen pan abundante mientras yo aquí
me muero de hambre! Me levantaré e iré a mi padre y le diré: padre, he pecado
contra el Cielo y contra ti; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo; trátame
como a uno de tus jornaleros. Y levantándose se puso en camino hacia la casa de
su padre.
Al igual que en la parábola incurrimos en todo tipo de pecados, haciendo mal uso de la libertad. Y me preguntó: ¿Por qué esperar a que nos ocurran situaciones desagradables como el hijo?
Pasar carencias para recién pensar en rectificar, después de haber malgastado todo lo que el Padre Bueno nos da en la libertad, ¿qué hacemos con nuestra inteligencia y voluntad? Perder la dignidad de hijo de Dios para recie´n arrepentirse y pedir perdón a Dios y volver a la casa del Padre. La duda cabe, es un real arrepentimiento por amor o porque la soga aprieta demasiado, las palabras se las llevan el viento y es probable que sigamos arrastrando el pecado.
Si pensamos bien, el no considerar a Dios en tu vida es un horrible pecado por omisión. Dios te ha regalado, una vez más, los dones del Espíritu Santo por medio del Sacramento de la Confirmación y te da la nueva oportunidad de pertenecer a la Comunidad de la Iglesia y de ofrecer tus dones al servicio para evangelizar al prójimo para que conozcan el amor y la misericordia de Dios.,
Cuando aún estaba lejos, lo vio su padre y se compadeció; y corriendo a su encuentro, se le echó al cuello y lo cubrió de besos.
Aquí encontramos el AMOR DE DIOS inentendible para muchos, pero más incomprensible es que nosotros no reaccionemos frente a ese amor y perdón que nos ofrece. Dios mismo viene a buscarte como si necesitara tu amor. Siendo Dios, lo que quiere es que te dejes amar, y que confíes en la redención absoluta que puede ganar la felicidad eterna y la bienaventuranza del cielo.
Comenzó a decirle el hijo: Padre, he pecado contra el Cielo y contra ti; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo. Pero el padre dijo a sus criados: pronto, sacad el mejor traje y vestidlo; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y matadlo, y vamos a celebrarlo con un banquete; porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado. Y se pusieron a celebrarlo..NUEVA OPORTUNIDAD
Comprendamos esto, el arrepentimiento sincero pasa por dejar tu vida completa a Dios. No como hacemos con frecuencia, que actuamos según el motivo y lugar.
No entregamos nuestros estudios y nuestro trabajo a la voluntad de Dios. Pensamos y justificamos muchas cosas que aún siendo buenas desde nuestro propio y personal punto de vista y ¿dónde está Dios en tu vida?
Eso significa a una entrega total a Dios, que en tu vida sea evidente su presencia,, que en todo lugar te identifiquen como un creyente por que, de alguna manera, oras todos los días, bendices a todas las personas, tus publicaciones consideran a Dios siempre y tu trato con los demás, con tu familia, con tus compañeros de trabajo, con tus amigos del mundo, haga evidente tu entrega a Dios.
No olvides que el espíritu santo está obrando siempre en tu vida como esa voz que escuchas que te indica lo que debes hacer y lo que no. Cuando ocurren cosas en tu favor, son pequeños detalles que tienen que ver con la acción del Espíritu Santo.
En un acto de adoración expresemos nuestra confianza absoluta en Él, que toca nuestro corazón y lo sana y está obrando siempre en nosotros.
Y como en la canción "En los brazos de papá" digámosle que nos queremos quedar para siempre en sus brazos llenos de amor como Él nos ofrece cada día.
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